viernes, 21 de agosto de 2015

Los susurros de la noche - IV - Presencia en el metro

Era una noche gélida de diciembre. Regresaba a casa, tomando el metro, tras horas cena y fiesta con sus amigas. El pelo revuelto, los pies doloridos por los zapatos de tacón, el rimel que empezaba a correrse, olor a tabaco y sudor que había reemplazado el del perfume.
No había nadie en aquella parada de metro, a las altas horas de la noche. Mira su reloj. Aún seis minutos para que llegara el siguiente metro.
Sin embargo, sintió, una sensación de calor en su piel descubierta, a pesar del frío de la noche. En el aire del metro, un olor a perfume de hombre, la asaltó furtivamente.
Miro hacia ambos lados, pero no había nadie, por ninguno de los lados. Agitada, subió al metro de un salto se acurrucó en uno de los asientos temerosa y hasta su parada no osó moverse.
El olor que había notado, en esa parada de metro, era el de su novio, ahora cientos de kilómetros de ella. La misma parada en la que juntos habían esperado muchas veces el metro, sintiendo su calor, su perfume.
Pero su novio no podía estar allí.....

No hay comentarios:

Publicar un comentario