- Buenos días princesa - dijo él, cuando ella, a su
lado, le miró con sus preciosos ojos castaños, al lado de la almohada.
Sonrieron, acercándose el uno al otro. Él la rodea con
sus brazos, ella se apoya en su pecho desnudo, y suspira sobre su piel.
Los corazones, poco a poco, se van acompasando en sus
latidos, hasta fundir su percusión en un sólo canto.
Se besan. Se susurran un Te Quiero. Suspiran.
No quieren mirar el reloj, no quieren que llegue el
momento de romper el puzzle de sus cuerpos entre las sábanas.
Pero esa es la realidad. Tiene que abrir los ojos y
dejar de soñar. Es hora de que la jornada empiece. Tiene de nuevo, que
contentarse con imaginar, con recordar, esos amaneceres con ella a su lado.
Se sienta frente al ordenador, recién vestido y
afeitado, y comienza a teclear un email para su amada.
Buenos días
princesa....
Comienza a escribir, mientras en ese momento, llega
por Whatsapp un mensaje de ella.
Buenos días
príncipe.....
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