El búho HU-HU, recibía su nombre, porque no hablaba más que con ululatos. HU-HU por aquí. HU-HU por allá. HU-HU día y noche- HU-HU en cada rincón del bosque.
Éste búho, era viejo, muy viejo, viejo como el mismo
bosque donde vivía, y al que todos conocían como el bosque del búho HU-HU.
El anciano búho, vivía en el hueco de un viejo
alcornoque, en un agujero, que el pájaro Resino, el carpintero del bosque,
había construido para él. Y desde su árbol, el búho HU-HU vigilaba todo el
bosque, con su grandes ojos amarillos.
Era el alcalde del pueblo, y ¡ay de quien se pasara de
la raya!, pues se llevaba una buena reprimenda del búho por su mal comportamiento.
Siempre que había un conflicto o cualquier problema,
buscaban consejo en el amable y anciano búho, que escuchaba a las dos partes y
tomaba la decisión más acertada.
En el bosque vivían muchos animales distintos, cada
uno en su lugar, en sus casitas en la tierra, en los árboles, en madrigueras y
troncos caídos. Todos vivían en armonía
y cada uno cumplía su función con eficacia en el bosquecito, ayudándose los
unos a los otros.
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