sábado, 24 de octubre de 2015

ENFERMER@ QUE CUIDAS CON AMOR

ENFERMER@ QUE CUIDAS CON AMOR
Yo antes era alguien, como cualquier otro ciudadano, ajeno a los entresijos de la enfermería, ajeno a la sutileza de éste oficio, a todo lo que pasa entre bambalinas, a todo lo que la mayoría de la gente no sabemos, no conocemos, más allá de las ocasiones en las que la salud no acompaña y nos ponemos en sus manos.
Pero va camino de 5 años en que conocí a la mujer de mi vida, que por vocación escogió esta carrera tan sufrida e ingrata, pero a la que se entrega en cuerpo y alma. Y ahí, comencé a entender, todo lo que no ocupaba portadas de periódicos, de todo aquello de lo que no se habla en el teledario.
Y la cerrazón en banda en el Congreso a establecer una legislación definida sobre la prescripción enfermera, de la que los periódicos no se harán eco, de la que las grandes cadenas ni mencionarán siquiera, y sólo por internet, cuatro gatos, se enterarán de lo que hay detrás realmente, sólo quienes pertenezcan al gremio, o sean lo bastante cercanos a él.
Una puñalada trapera más, un golpe de descrédito, de favoritismo político flagrante, lleno de mentiras, de "bienquedismo", de falsedad, de tergiversar la realidad, haciendo de la enfermería una vez más el saco de boxeo que tiene que tragar con todo aquello con estoicismo y por amor a la profesión y dedicación a sus pacientes, no darán la espalda a quienes terminarían sin duda pagando el pato: los propios pacientes, junto con los profesionales de la enfermería, que son quienes menos culpa tienen en esto, pero que como siempre, acaban pagando justos, por pecadores.
Yo soy profesor, no soy enfermero. Soy un ciudadano más, que paga sus impuestos, curra sus horas toda la semana, come, duerme, caga y mea, como todo hijo de vecino. No tengo un apellido rimbombante, ni ocupo un cargo de poder.
Y aunque mis palabras no cambiarían ésta despreciable situación, aunque la única solución, sea que al fin quienes tienen la sartén del poder por el mango, se decidieran a mover el culo de sus asientos encuerados para ver más allá del escritorio de su despacho, rompo una lanza, por todos los profesionales de la enfermería, por mi enamorada, por todos los que cada día, desde dentro capeáis con estos despropósitos. 
Todo el coraje, todo el ánimo, y todo el respeto, en ésta lucha.
José Miguel Biel Buil


No hay comentarios:

Publicar un comentario