martes, 7 de junio de 2016

#Profefrustrado - II- De casta le viene al galgo.



II-  De casta le viene al galgo.

Podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres.
Goethe (1749-1832) Poeta y dramaturgo alemán.

Curioso resulta, que cuando un estudiante muestra un comportamiento inapropiado, en no pocas ocasiones, viene de un entorno familiar poco favorable, por utilizar un eufemismo. Y aquello de "de tal palo tal astilla" o "de casta le viene al galgo", razón tiene un rato.
Porque seamos honestos. Los profesores hacemos lo que podemos, pero tampoco somos milagrosos enderezadores de las venideras generaciones, como un árbol al que podas o al que pones tutores para controlar su crecimiento.
Si fumas no pretendas que tu hijo/a no lo haga. Si bebes no pretendas que tu hijo/a no tome ejemplo. Si hablas como un carretero puesto de absenta hasta las orejas, no aguardes un verbo florido en boca de tu vástago cuando tú excretas por la boca más que por el ano.
¿Que puede ser que con unos padres modélicos el comportamiento del pequeño no lo sea, y viceversa? Obvio. De la educación mucho se ha escrito y tela lo que queda por escribirse.
Pero no esperes recoger un fruto dulce y carnoso, si echas semillas de cardo borriquero en medio de las piedras de un descampado y lo riegas con orines. Milagros los justos y en Lourdes, no entre los muros de un IES.


Los padres son los primeros que han de hacerse cargo de la educación de sus hijos. La casa y la calle son las grandes escuelas de las generaciones venideras, donde aprenderán lo que realmente será su vida futura. Una vida donde no tienen cabida ni el teorema de Pitágoras,  ni los predicados nominales o que el fetiche de la inquisición era tostar en la hoguera a quienes no eran de su credo.
Enseñar a los niños que a menos que seas un cretino con suerte todo en la vida te costará un trabajo y un esfuerzo. Enseñarles que la soberbia y la vagancia son malas compañías. Enseñarles que dejar a buenas noches una botella del licor más fuerte del chino de la esquina, más que una demostración de que eres "guay" lo que demuestras es ser un imbécil, enseñarles que con respeto y modestia no se te abrirán todas las puertas, pero si al menos unas cuantas en la vida.
Enseñar a los niños que nada en la vida te viene regalado, enseñarles que la vida es un telediario, con más noticias de sucesos y dramas que no alegrías.  Enseñar a los niños que luchen por sus sueños, pero tampoco se queden flotando entre las nubes.





sábado, 4 de junio de 2016

#Profefrustrado - I - Mamás y “guasaps”



I - Mamás y “guasaps”

Dos excesos deben evitarse en la educación de la juventud; demasiada severidad, y demasiada dulzura.
            Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego.


Labor de los padres y madres de sus adorados y bien amados retoños, vástagos, frutos de sus entretelas, es educarlos, enseñarles lo necesario para la vida (y tal vez un par de inutilidades y malos vicios en el proceso también), y cómo no, arroparlos, protegerlos y cuidarlos (malcriarlos “una miaja” también), hasta que sus pequeñas crías estén listas para abandonarse a la crueldad del mundo exterior lejos de la seguridad del marsupio de mamá.

Y es de todos sabido, que los niños y niñas, por supuesto, son tan rematadamente inútiles (háganme el favor de percibir el sarcasmo) que son incapaces, ¡inocentes angelitos!, de tan siquiera tomar un bolígrafo, lápiz y un trozo de papel, agenda o cualquier artefacto en el que puedan tomarse notas (aunque desaconsejamos vivamente el uso de tablillas de cera o cerámica) y anotar en ellos, aquellos exámenes, trabajos, deberes… o cualquier otra forma de refuerzo y evaluación del aprendizaje (entiéndase: forma de tortura china ancestral amoral y cruel con la que los docentes nos regodeamos torturando sin piedad ninguna a los alumnos/as. Repito: percíbase el sarcasmo).

Pero ahí están, esas sufridas y devotas madres, que hacen hacer el “guasap”, cuando nos son sus vástagos quienes lo hacen personalmente y con total despreocupación, fiándose de la memoria de sus compañeros/as de clase, que de seguro, alguno se habrá tomado la molestia de enterarse.

¿Se ha enterado Manolito de los deberes de mates? ¿Para cuando es el examen de lengua? ¿Me pasas una foto de la ficha de natus que Paquita se la ha dejado en clase? Por cierto el martes quedamos para hacernos la manicura francesa que mi Paco me lleva de celebración de aniversario.

Parece como si que el niño o niña en cuestión tuviera que asumir la responsabilidad de sus actos fuera el más atroz de los pecados. Todo con tal de que su adorado hijito no se lleve una merecida reprimenda del docente en cuestión. (Mentira, en realidad llevamos a los niños que no hacen los deberes al sótano donde les hacemos copiar el Larousse ilustrado página a página sin descanso).

Parte de la educación es aprender a asumir responsabilidades, a saber organizarse y cumplir con lo de él se espera. Si las mamás de Manolito y Paquita no asumen que es deber de sus hijos el preocuparse por sí solos de lo que para su edad, no es ninguna responsabilidad añadida ni con la que no puedan cargar, ¿cómo podemos esperar que los niños lo hagan?

Pero bueno, humanun errare est….

(Para los de la LOMCE: “Equivocarse es humano”).

#Profefrustrado - Prólogo del autor



Prólogo del autor

El ejercicio diario de la docencia…. No espera, demasiado rimbombante.
Chicos, el ser profesor…. Mierda, tengo que dejar de hablar como si estuviera dando una clase.
Si lo que esperas es leer unas memorias serias sobre lo que significa ser profesor, mejor escoge otro libro de la estantería….  Vaya, eso casi sonó amenazante.
Éste libro, es la reunión de experiencias, anécdotas y reflexiones, a veces tristes, a veces alegres, pero siempre con sarcasmo, ironía y una pizca buen humor.
Sí, eso está mucho mejor.
Disculpa querido lector, querida lectora (permíteme el tuteo), éste pequeño guiño del principio.
Tienes entre tus manos, una pincelada de mi realidad, con unas gotas de ficción, cosas que tiene ser escritor y “profe” a la vez.
Pero uno a veces tiene que poner, negro sobre blanco lo que piensa, lo que siente, lo que le hierve en la mente. Y este libro es la sopa resultante (Perdón por el chiste fácil).
Y la vida a veces ya es demasiado seria, como para tomársela aún más en serio, entre las páginas de un libro.

Con mis maestros he aprendido mucho; con mis colegas, más; con mis alumnos todavía más.
Proverbio hindú